"La música comienza donde acaba el lenguaje"
Amadeus Hoffman

lunes, 13 de diciembre de 2010

Puntos de Vista 2



“Seis ciegos se enteraron de que el rey visitaba la aldea vecina, montado en un elefante. “Un elefante!”, dijeron. “¿Cómo será un elefante?”


Se marcharon cada uno por su cuenta para descubrir al elefante. El primero le tocó la trompa. El segundo, un colmillo. El tercero, una oreja. El cuarto, una pata. El quinto, el estómago. El sexto, la cola. A continuación volvieron a casa, convencidos de saber cómo es un elefante.


Cada uno descubrió el elefante a los otros. “Es fantástico”, dijo el primero; “es tan lento y suave, tan largo y tan fuerte”. “No”, dijo el que le había tocado el colmillo; “es más bien corto y muy duro”. “Estáis equivocados”, dijo el tercero, que le había tocado la oreja; “el elefante es liso y fino como una gran hoja”. “No”, dijo el cuarto, que le había tocado la pata; “es como un árbol”. “Es como un muro”, “es como una cuerda”, prosiguieron los otros dos.


Discutieron sin fin. El tono se volvió agrio. Empezaron a pelearse.


Entonces llegó un vidente. “Tenéis razón todos”, dijo, “porque la unión de todas las partes hacen el elefante”.


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