"La música comienza donde acaba el lenguaje"
Amadeus Hoffman

jueves, 22 de diciembre de 2011

El aula de cultura de la UPP...compartiendo música y emociones

Conclusiones "Música, emociones e Interculturalidad" por el grupo de mujeres jóvenes



En una de nuestras sesiones de trabajo se propone la idea de participar en este proyecto.
Las estudiantes, por supuesto, muestran su interés.
Poco a poco, comenzamos a trabajar los contenidos propuestos...nos acercamos a la idea de emoción, lo definimos; conocemos las emociones básicas e intentamos ponerlas "cara".
Buscamos y reflexionamos en torno a la relación que tienen las emociones y la música; por supuesto intentamos relacionar ambos conceptos con la interculturalidad, motivo que nos une. Para ello utilizamos videos, audiciones, presentaciones, textos, etc., que hemos compartido en este blog.
escuchamos las canciones propuestas por las personas que coordinan la actividad: unas gustan más, otras menos...todas ellas nos producen un sin fin de emociones; todas ellas diferentes y en mayor o menor medida.
¡No coincidimos! y el compartir nuestras visiones, nuestras experiencias, nos enriquece.
Es  momento de buscar "aquella canción"", "esa canción" que tiene un significado importante en nuestras vidas, que recuerda un momento especial, a una persona querida...o ya no tanto...un lugar...una emoción...un sentimiento....pensamos en aquella canción y la compartimos con nuestras compañeras.(también adjuntamos nuestras propuestas que aportan una pincelada a aquello que somos y sentimos)
Es hora de abrir nuestro grupo, compartir y reflexionar en torno a nuestra temática de trabajo; para ello la sesión de musicoterapia ha sido excelente: ver, vivir, cómo mujeres de diferentes culturas, de diferentes edades, comparten un mismo espacio, se entienden, se escuchan y sobre todo, hablan un mismo lenguaje, se comprenden e incluso sienten emociones similares.
Para todas nosotras ha sido un placer y un lujo participar en este proyecto, que esperemos se mantenga en el tiempo y que promueva el encuentro y el enriquecimiento mutuo, que favorezca el diálogo entre mujeres de culturas diferentes.

Presentación Emoción, Música e Interculturalidad

Las Emociones: Texto explicativo para el grupo de mujeres gitanas


Una emoción es un estado afectivo que experimentamos, una reacción subjetiva al ambiente que viene acompañada de cambios orgánicos (fisiológicos y endocrinos) de origen innato, influidos por la experiencia. Las emociones tienen una función adaptativa de nuestro organismo a lo que nos rodea. Es un estado que sobreviene súbita y bruscamente, en forma de crisis más o menos violentas y más o menos pasajeras.

En el ser humano la experiencia de una emoción generalmente involucra un conjunto de cogniciones, actitudes y creencias sobre el mundo, que utilizamos para valorar una situación concreta y, por tanto, influyen en el modo en el que se percibe dicha situación.

Durante mucho tiempo las emociones han estado consideradas poco importantes y siempre se le ha dado más relevancia a la parte más racional del ser humano. Pero las emociones, al ser estados afectivos, indican estados internos personales, motivaciones, deseos, necesidades e incluso objetivos. De todas formas, es difícil saber a partir de la emoción cual será la conducta futura del individuo, aunque nos puede ayudar a intuirla.

Apenas tenemos unos meses de vida, adquirimos emociones básicas como el miedo, el enfado o la alegría. Algunos animales comparten con nosotros esas emociones tan básicas, que en los humanos se van haciendo más complejas gracias al lenguaje, porque usamos símbolos, signos y significados.

Cada individuo experimenta una emoción de forma particular, dependiendo de sus experiencias anteriores, aprendizaje, carácter y de la situación concreta. Algunas de las reacciones fisiológicas y comportamentales que desencadenan las emociones son innatas, mientras que otras pueden adquirirse.

Charles Darwin observó como los animales (especialmente en los primates) tenían un extenso repertorio de emociones, y que esta manera de expresar las emociones tenía una función social, pues colaboraban en la supervivencia de la especie. Tienen, por tanto, una función adaptativa.

Existen 6 categorías básicas de emociones.
  • MIEDO: Anticipación de una amenaza o peligro que produce ansiedad, incertidumbre, inseguridad.
  • SORPRESA: Sobresalto, asombro, desconcierto. Es muy transitoria. Puede dar una aproximación cognitiva para saber qué pasa.
  • AVERSIÓN: Disgusto, asco, solemos alejarnos del objeto que nos produce aversión.
  • IRA: Rabia, enojo, resentimiento, furia, irritabilidad.
  • ALEGRÍA: Diversión, euforia, gratificación, contentos, da una sensación de bienestar, de seguridad.
  • ·         TRISTEZA: Pena, soledad, pesimismo

Si tenemos en cuenta esta finalidad adaptativa de las emociones, podríamos decir que tienen diferentes funciones:
  • MIEDO: Tendemos hacia la protección.
  • SORPRESA: Ayuda a orientarnos frente a la nueva situación.
  • AVERSIÓN: Nos produce rechazo hacia aquello que tenemos delante.
  • IRA: Nos induce hacia la destrucción.
  • ALEGRÍA: Nos induce hacia la reproducción (deseamos reproducir aquel suceso que nos hace sentir bien).
  • TRISTEZA: Nos motiva hacia una nueva reintegración personal

Los humanos tenemos 42 músculos diferentes en la cara. Dependiendo de cómo los movemos expresamos unas determinadas emociones u otras. Hay sonrisas diferentes, que expresan diferentes grados de alegrías. Esto nos ayuda a expresar lo que sentimos, que en numerosas ocasiones nos es difícil explicar con palabras. Es otra manera de comunicarnos socialmente y de sentirnos integrados en un grupo social. Hemos de tener en cuenta que el ser humano es el animal social por excelencia.

Las diferentes expresiones faciales son internacionales, dentro de diferentes culturas hay un lenguaje similar. Podemos observar como en los niños ciegos o sordos cuando experimentan las emociones lo demuestran de forma muy parecida a las demás personas, tienen la misma expresión facial. Posiblemente existan unas bases genéticas, hederitarias, ya que un niño que no ve no puede imitar las expresiones faciales de los demás. Aunque las expresiones también varían un poco en función de la cultura, el sexo, el país de origen etc.

Las expresiones faciales también afectan a la persona que nos está mirando alterando su conducta. Si observamos a alguien que llora nosotros nos ponemos tristes o serio e incluso podemos llegar a llorar como esa persona. Por otro lado, se suelen identificar bastante bien la ira, la alegría y la tristeza de las personas que observamos. Pero se identifican peor el miedo, la sorpresa y la aversión.

Las emociones poseen unos componentes conductuales particulares, que son la manera en que éstas se muestran externamente. Son en cierta medida controlables, basados en el aprendizaje familiar y cultural de cada grupo:
  • Expresiones faciales.
  • Acciones y gestos.
  • Distancia entre personas.
  • Componentes no lingüísticos de la expresión verbal (comunicación no verbal).
Los otros componentes de las emociones son fisiológicos e involuntarios, iguales para todos:
  • Temblor
  • Sonrojarse
  • Sudoración
  • Respiración agitada
  • Dilatación pupilar
  • Aumento del ritmo cardíaco
Estos componentes son los que están en la base del polígrafo o del "detector de mentiras". Se supone que cuando una persona miente siente o no puede controlar sus cambios fisiológicos, aunque hay personas que con entrenamiento sí pueden llegar a controlarlo.

Cuento: Los instrumentos

Hubo hace ya cierto tiempo un taller en el que se elaboraban distintos instrumentos musicales. Un día, al dar las doce, se reunieron entre ellos para hablar de su destino. Estaban un poco cansados de los músicos y la mayoría se sentían utilizados.

"Yo - dijo el clarinete -, soy el que produce la música, gracias a mis pistones, mis llaves, mis boquillas, ¿y a quién le aplauden, quién se lleva el mérito? ¡El músico! ¡El hombre lo único que hace es poner su aliento! Pues se acabo, a partir de ahora, propongo que rechacemos a los músicos, no los necesitamos, la música somos nosotros, compañeros.

" El flautín corroboró lo dicho por el clarinete y añadió que ya era hora de que la gente dijese: ¡Que hermosa sinfonía ha tocado este flautín! O el instrumento que fuese, y no: ¡qué bien ha ejecutado esta obra el profesor Tal o Cual! Le tocó el turno a la guitarra, y aconsejó hiciesen una huelga general. Todos lo aprobaron. Por fin los hombres se iban a enterar, sin ellos no habría música. 

Y así fue, cuando un músico intentaba tomar en sus manos un clarinete, un flautín, o cualquier otro tipo de instrumento musical, este se le resbalaba de las manos. O le hería los labios. Nadie se explicaba el por qué sucedía aquello. Pero lo cierto es que todos los conciertos hubieron de ser suspendidos. Los instrumentos estaban felices, por fin se haría justicia. Pero cuando intentaron producir ellos mismos la música vieron que nada salía de ellos. Empezaron a moverse de un lado para otro, a rodar, pero sólo hacían ruido. Sin embargo, los hombres, los músicos, seguían produciendo música. Lo hacían batiendo las palmas. O chasqueando los dedos, o silbando, o tocando piedras unas con otras. Los pobres instrumentos musicales se dieron cuenta, pero ya era demasiado tarde, de que la música no la producían ellos, la tenían los profesores músicos en el alma, y con sus manos o su aliento se la comunicaban. Ellos habían tenido la oportunidad de participar de esa gloria, pero por soberbia, por orgullo, no habían querido; sin los músicos sólo eran unos trastos inútiles. 

En el taller se oyó una voz humana. "¿Profesor que hacemos con los antiguos instrumentos; los echamos al fuego? Total, ¡sólo son un estorbo!" Un estremecimiento sacudió las almas de metal y de madera, hubo un aliento contenido. La voz humana respondió; "Por esta vez, déjalos, quiero ver si podemos utilizarlos de nuevo. Yo era el que tocaba el clarinete, y le tenía un gran cariño, era un buen instrumento, con él he interpretado sinfonías bellísimas; no sé por qué pasó lo que pasó." Desde aquel día, los instrumentos cumplieron su oficio. Y volvieron a llenar los teatros. Y se alegraron y sintieron como propios los aplausos dedicados a los músicos. Habían comprendido que sin ellos no eran nada.

Nuestra sesión de musicoterapia en vídeo (parte 5)


Nuestra sesión de musicoterapia en vídeo (parte 4)

Nuestra sesión de musicoterapia en vídeo (parte 3)


Nuestra sesión de musicoterapia en vídeo (parte2)

Nuestra sesión de musicoterapia en vídeo (parte1)